Estas son las terrazas holandesas: todos mirando al Sol -si es que hay suerte-; en cuanto sale un rayo de Sol salen todos corriendo a ver si se les pega un poquito el color, que como mucho se vuelven naranjas porque al marrón no suelen llegar. Es curioso, no crees?
La primera diferencia que veo con España es que nosotros enseguida cogemos las sillas y las ponemos alrededor para mirarnos la cara, ya que damos por supuesto que si te tomas un café es para tener un rato de conversación con algún amigo y no para tomar el Sol...! um! interesante...