Historias y homenajes.

Historias de gente que se ve obligada a salir de España en busca de trabajo.

Yo ya llevo algo más de un año viviendo aquí y sigo conociendo gente que viene, lo intenta y se va. Esa gente tiene un perfil bastante claro para mi: gente acomodada, que siempre lo ha tenido todo fácil, que si vuelven a España allí les recibirán papá y mamá con los brazos abiertos. En definitiva, gente dependiente, gente cobarde, niños pijos, hijos de una sociedad que nos ha intentado idiotizar por activa y por pasiva (y en muchos casos lo ha conseguido). Podríamos utilizar la palabra borregos, que está muy de moda últimamente.

Si has leído el párrafo anterior tal vez te venga a la cabeza la típica imagen del niñato universitario con gomina en el pelo, con un polo de Lacoste y con una tarjeta de crédito financiada por papá. Pues no, no me refiero a este individuo.

Me refiero a todos aquellos que van de 'hippies', de 'paz y amor', de 'yo vivo en la montaña alejada de las cosas materiales', cuando en realidad tienen un sueldo de su papá el banquero y su mamá le lleva la compra una vez a la semana para que la niña o el niño siga viviendo en la montaña.

Esto me da repugnancia.

Y después tenemos gente maravillosa, trabajadora a más no poder, y cuando llega a casa de trabajar se pone a estudiar para seguir mejorando en la vida.

Este es un homenaje a Desirée, una compañera que vino casi sin nada, y que cada día ha salido a la calle con un puñado de curriculums bajo el brazo a buscar trabajo. Lo ha hecho día tras día. Y después estudiaba holandés para poder mejorar su comprensión de la lengua y así continuar al día siguiente.

Desirée lleva algo más de tres semanas en Rotterdam, me consta que ha trabajado como una loca para encontrar trabajo. Y lo ha conseguido.

Esta es la diferencia entre la gente que vive como parásitos y la gente que tan sólo necesitan una pequeña ayuda para llegar al éxito en un tiempo récord.

Ojalá y la historia de Desirée llegara muy lejos, y la gente la conociera, y que aprendieran de ella, y que nos fijáramos más en los modelos positivos a seguir en lugar de estar perdiendo el tiempo viendo historias de gente parásita, que es lo único que nos muestra la televisión.

Olé, olé! Desirée!!